Carboxiterapia

La carboxiterapia consiste en la aplicación percutánea de dióxido de carbono (CO2) con objetivos terapéuticos y estéticos. Se aplica el gas con un 99.9% de pureza con una presión constante y durante un tiempo determinado.

El efecto beneficioso se descubrió en los termales de Royat, Francia en 1930, para el tratamiento de algunas cardiopatías. Hoy en día, se utiliza sobre todo en medicina estética para el tratamiento de la celulitis, la adiposidad localizada y la flacidez.

Procedimiento

En estado de reposo, el organismo produce de media 200 cc. de CO2 por minuto, esta cantidad aumenta unas 10 veces durante el ejercicio; las dosis que se utilizan en la carboxiterapia varían dentro de este rango. Se hacen micro inyecciones de CO2 a presión de forma subcutánea, lo que provoca un enfisema y la vasodilatación de los vasos sanguíneos, aumentando la oxigenación local, la lipólisis y la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis). Cada sesión de carboxiterapia puede durar entre 30 y 60 minutos, dependiendo del área a tratar.

Los efectos secundarios son muy leves, puede sentir un dolor pasajero, una ligera rojez momentánea por el efecto vasodilatador o algún morado en la zona tratada.

Indicaciones

• Paniculopatía edemato-fibroesclerótica (celulitis)
• Adiposidad localizada (obesidad)
• Flacidez
• Patologías vasculares arteriosas
• Psoriasis (enfermedad inflamatoria crónica de la piel)

Contraindicaciones

• Infarto agudo de miocardio y anginas inestables
• Tromboflebitis aguda
• Infecciones localizadas
• Epilepsia
• Embarazo
• Insuficiencia renal y respiratoria