Suplementos de calcio ¿Cuándo son necesarios?

El calcio es un elemento químico del grupo de los metales, representa el 2,2% del peso corporal magro y participa en múltiples procesos biológicos (tabla 1). Su concentración en el plasma y líquido extracelular está sujeta a un estrecho control.

 

En nuestro organismo hay unos 1000 gramos de calcio de los que el 99% se encuentra en el tejido óseo en forma de cristales de hidroxiapatita(fosfatos de calcio). El 1% restante se encuentra en el músculo y en elcompartimiento líquido del exterior y, en menor grado, del interior de las células. La concentración de calcio circulante en el plasma (calcemia) debe mantenerseen un estrecho margen (8,5-10,5 mg/dl) y el 47,5% está ionizado (Ca2+), siendo ésta la porciónbiológicamente activa y en continuointercambioen los riñones, tubo digestivo y tejido óseo (figura 1). La calcemia depende, entre otros factores, del pH y de la concentración de las proteínas en el plasma sanguíneo, sobre todo albúmina.

El calcio se absorbe en el intestino, especialmente en el duodeno y yeyuno, dependiendo de la cantidad ingerida y de su biodisponibilidad a partir de los nutrientes dietéticos, pues no todo el calcio contenido en los alimentos puede ser aprovechado. Reducen la absorción de calcio la presencia dequelantes, fosfatos a concentraciones excesivas, alto contenido en grasas o proteínas, así como la existencia defitatos y oxalatosde origen vegetal. Un escaso porcentaje se absorbe por difusión simple, perola mayor parte de la absorción de calcio se produce de forma activa en las células de la mucosa intestinal (enterocitos) a través de receptores fisiológicamenteregulados por la vitamina D. En lactantes, la absorción de calcio en el intestino alcanza el 45%, pero en los adultos y encircunstanciasnormales, se absorbe aproximadamente un 25-30% del calcio de los alimentos. Entre las causas de deficiencia orgánica de calcio cabe citar las dietaspobres en este elemento, las deficiencias de vitamina D,ciertos trastornos hormonalescomo hipertiroidismo ehipercortisolismo,la ausencia de ácido clorhídrico en el estómago, los enfermedadesque producen malabsorción tales como celiaquía, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y ciertos medicamentos como bisfosfonatos, quinolonas o tetraciclinas.

La cantidad de calcio que se estima necesaria para mantener una buena salud ósea en el adulto es de unos 1.200 mg/día. Tomar más de 1500 mg de calcio no parece aportar beneficio alguno. En la tabla 2 se expone el contenido en calcio de algunos alimentos. El balance del calcio en nuestro organismo tiende a ser nulo, esto es, se excreta a través del riñón y de las heces la misma cantidad que se absorbe. Las dietas con exceso de sodio (sal), la toma de abundante café y los corticoidesson algunas causas de mayor pérdida urinarias de calcio. 

 

La fuente de calcio óptima para el lactante es la leche materna, pues en ella se consigue mayor aprovechamiento (58%) que en muchas fórmulas comercializadas y que en la leche de vaca (38%). No obstante, algunos preparados para biberones están enriquecidos en sales de calcio para alcanzar el mismo aporte de calcio que la leche humana. Durante la pubertad y la adolescencia, el requerimiento de calcio se incrementa situándose entre los 1300-1500 mg/día. Los lácteos fortificados con vitamina D incrementa la absorción de calcio. La biodisponibilidad del calcio es relativamente buena en algunos vegetales como brócoli y soja, mientras que es baja en las frutas, espinacas y cereales por su contenido en fitatos y oxalatos.

 

La adecuada ingesta dietética de calcio es fundamental para la salud. La correcta mineralización y resistencia ósea requiere un óptimo aporte de calcio y vitamina D durante la infancia, pubertad y adolescencia (1300 mg de calcio/día y mínimo de 600 UI de vitamina D / día). En el adulto joven y maduro, la ingesta de calcio recomendada cada día se sitúa alrededor de 1200 mg. La dieta muy pobre en calcio se ha asociado a mayor tasa de osteoporosis y fracturas, mayor tendencia a la hipertensión arterial,más incidencia de cálculos en las vías urinarias y de cáncer de colon. Además, cuando la dieta es hipercalórica,un bajo aporte diario de calcio favorece la obesidad.Algunos estudios en España muestran que la mitad de las mujeres postmenopáusicas ingieren menos de 800 mg diarios de calcio y más del 80% no alcanza los 1000 mg. Los datos de diversos análisis en dichas mujeres demuestran que, cuando se proporcionan suplementos de calcio y vitamina D para asegurar el aporte necesario de ambos elementos, se reduce de forma significativa el riesgo de fracturas. Algunos trabajos sugirieron que los suplementos farmacéuticos de calcio o de calcio con vitamina D podían provocar mayor frecuencia de cálculos renales, complicaciones cardiovasculares y cerebrovasculares. En la actualidad puede afirmarse que no existen pruebas al respecto y que, de existir riesgo, sería a largo plazo y con dosis muy superiores a las recomendadas.

El aporte de calcio debe hacerse preferiblemente mediante la dieta, siendo los lácteos aquellos alimentos con mayor biodisponibilidad de este elemento.

Sólo debe recurrirse a los suplementos farmacéuticos en quienes no sea posible una alimentación equilibrada y en quienes no se pueda cubrir las necesidades diarias con aportes alimentarios por padecer secuelas de cirugía del aparato digestivo, o enfermedades como, entre otras, Crohn, colitis ulcerosa, insuficiencia hepática, o celiaquía. Entre los suplementos disponibles cabe citar preparados de carbonato de calcio, que posee un 40% de calcio elemento, los fosfatos cálcicos tribásicos (38%), cloruro cálcico (27%), citrato cálcico (21%), pidolato cálcico (13%), lactatos cálcicos (13%) y gluconato cálcico (9%). Hay suplementos comercializados que contienen complejo de osteína e hidroxiapatita, con proporciones fisiológicas de calcio y fósforo, cuya absorción es más lenta, gradual y sostenida que las sales inorgánicas de calcio. El carbonato cálcico se absorbe mal en ausencia de ácido gástrico (pacientes con cirugía gástrica o que toman protectores gástricos a base de omeprazol, pantoprazol, lansoprazol, esomeprazol  u otros inhibidores de la bomba de protones.Los citratos y pidolatos de calcio se aprovechan bastante bien aún en situaciones de aclorhidria. Los suplementos de calcio deben administrarse preferentemente con los alimentos. Sus efectos adversos más frecuentes son de tipo digestivo, tales como estreñimiento, dispepsias y nauseas.

 

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